domingo, julio 13, 2008

La espigada sombra del tío Tom

Del Noticias de Gipuzkoa del viernes:


Cuando apenas quedan unas horas para que Tom Waits haga vibrar sus cuerdas vocales en el Kursaal, NOTICIAS DE GIPUZKOA ha charlado con algunas personalidades que veneran la obra del californiano

Tom Waits, en éxtasis, durante un concierto celebrado en Nueva York.

NO resulta extraño que Tom Waits pueda pasearse junto a su familia por las calles de Donostia sin que nadie -salvo algún fotógrafo indiscreto o un fan recalcitrante- le reconozca. Nunca ha sido un artista de masas y, tal y como está el patio musical, nunca lo será.

Ello, sin embargo, no es óbice para que el músico de Pomona (California, 1949) cuente con una discreta pero fiel legión de seguidores que conocen su discografía de pé a pá . Unos prefieren su primera etapa en la discográfica Asylum, cuando aún no transitaba por los caminos de la experimentación y se comportaba como un irresistible crooner de garitos poco recomendables. Otros prefieren la vía bizarra que abrió cuando fichó por Island Records y consolidó en sus últimos tiempos en Anti.

Muchos grupos, incluidos algunos vascos, han utilizado sus particulares ritmos como fuente de inspiración, y hay quien incluso ha utilizado su nombre para fundar un festival. Todos -los que asistirán mañana al Kursaal y los que no- veneran a un tipo que proyecta una sombra tenue pero ciertamente espigada.

Rascarse el bolsillo o no rascárselo

dos componentes del grupo lisabö presenciarán el concierto de donostia

El beratarra Petti, al que muchos relacionan con Waits, se declara admirador del estadounidense pero no asistirá

Juan g. andrés

donostia. He ahí el dilema. Desde luego, el precio de las entradas de los conciertos de Tom Waits en España -entre 100 y 125 euros más gastos- no es apto para la mayor parte de las economías. Y menos en estos fatigosos tiempos de recesión, desaceleración o como Dios quiera que algunos presidentes se refieran a la crisis.

Por ejemplo, dos de los miembros del combo irundarra Lisabö, Karlos y Jon, estarán mañana en el Kursaal, pero sus compañeros no acudirán a la cita por motivos laborales o por el elevado precio de las entradas.

El día en que se pusieron a la venta, Karlos no dudó en poner a prueba su paciencia al teléfono y hacer un gasto que para él, de algún modo, será una inversión emocional. "Puede resultar un dilema moral, pero es como ir a comer a Mugaritz o hacer un viaje. Otros se lo gastan en farlopa", afirma el músico. Dice Karlos que el sonido de Lisabö -uno de los grupos más personales de la escena vasca- poco tiene que ver con Tom Waits. "Si acaso puede haber alguna influencia filosófica o trascendental -reflexiona-, pero tenemos mucho que aprender", apunta, al tiempo que muestra su admiración hacia un músico que no deja de apabullarle en cada nueva entrega discográfica.

momentos "mágicos" Como su compañero de banda, Karlos espera que el concierto del Kursaal procure algunos "momentos mágicos" gracias a la particularísima propuesta del californiano. "Ahora mismo, lo que más me apetece es verle en directo. Será un lujo del que no sé muy bien si somos conscientes".

Al músico y compositor beratarra Petti le han comparado en innumerables ocasiones con Tom Waits. "Yo creo que es por la voz que tenemos: jodida y cascada", asegura. Pese a declararse admirador del músico, no asistirá a la cita de mañana en el Kursaal porque pagar ese dinero le parece "una sobrada". "En el Jazzaldia iré a ver a John Hiatt por 25 euros y estará mucho mejor", bromea.

En cualquier caso, si pudiera elegir qué canciones de Waits escuchar en vivo, se decantaría por alguna del Closing Time (1973), cuando actuaba de forma más "intimista". "Aunque también me encantan discazos como Rain Dogs (1985) o Mule Variations (1999). El tema Hold On es impresionante", asegura Petti.

"El carisma animal de Waits sobre el escenario es único e innato"


Gomila apura su café en Mallorca, esperando a Waits casi como quien espera a Godot.Foto: n.g.

Juan G. Andrés

donostia. Basta medio minuto de conversación con Tomeu Gomila para saber que en su particular Olimpo musical el lugar de Zeus lo ocuparía Tom Waits. Gomila es el organizador de un curioso festival llamado Waiting For Waits que nació hace ocho años en Mallorca con un ambicioso objetivo: llevar al músico estadounidense a la isla para ofrecer un concierto.

A fin de hacer llevadera la espera, todos los años se programan varios conciertos de bandas que, de alguna u otra forma, guardan relación con Waits. A todas ellas, además, se les pide que concluyan su actuación con una versión del maestro .

El año 2008 Waits tampoco visitará Mallorca pero, afortunadamente, ofrecerá tres recitales en España. Cuenta Tomeu Gomila que algunos en el seno del festival consideran un desplante que su gira española no incluya la isla. Por ello, se sometió a referéndum la continuidad del Waiting For Waits y la mayoría decidió seguir adelante con el certamen. "Casi todos pensamos que hemos disfrutado con la espera y que merece la pena continuar", sostiene.

Algunos, eso sí, piensan que quizá podría cambiarse el nombre del festival y llamarlo Orphans of Waits, en un guiño a su último -y triple- álbum. Lo que sí parece claro es que Waiting for Waits perderá su condición de festival centrado en el mes de julio y adoptará forma de ciclo con conciertos durante todo el año.

Tomeu Gomila es uno de los pocos privilegiados que ha podido ver a Waits en vivo. Su primera vez fue en 1999 y en Berlín -"el directo más impactante de mi vida"-. Después lo ha disfrutado dos noches seguidas en París (2000) y una en Londres (2004). Y para esta primera gira española ha elegido Donostia y no Barcelona porque intuye que el de la capital guipuzcoana será un concierto "más cercano y especial".

Desde su condición de experto puede garantizar que el concierto del Kursaal será todo un acontecimiento. "El carisma animal de Tom Waits sobre el escenario es único e innato", advierte ilusionado.

"Arregla sus canciones con mucho talento y crea melodías deliciosas"

marlango, que debe su nombre a un monólogo de tom waits, aguarda expectante sus conciertos

Alejandro Pelayo, Leonor Watling y Óscar Ybarra, miembros de Marlango, en una foto promocional.Foto: n.g.

Donostia. "Conocí a aquella chica llamada Suzie Marlango. Y el nombre de su hermano era Joe Marlango. Joe siempre quiso matarme. Él cantaba en una banda llamada The Rodbenders. Suzie Marlango solía vestir esos jerseys de angora. Me vuelven loco los jerseys de angora..."

Así comenzaba el monólogo que Tom Waits pronuncia en I Wish I Was in New Orleans , una canción que tiene ya más de 30 años de antigüedad pero que sirvió a los componentes de Marlango para bautizar su grupo. "El nombre fue idea de Leonor (Watling). Le sonaba bien la palabra y a los demás también nos ganó", sostiene Alejandro Pelayo, ideólogo musical del grupo que completa el trompetista Óscar Ybarra.

Los tres perderán la virginidad la próxima semana. "¡Será la primera vez que lo veamos en directo!", aseguran. No podrán venir al concierto de Donostia porque mañana estarán tocando en Villalba, pero podrán disfrutar de la música de su padre espiritual en alguno de los dos bolos que el californiano ofrecerá en Barcelona.

Todo seguidor de Tom Waits -y se cuentan por millares aunque sean silenciosos- atesora su propia historia sobre cómo conoció al músico. Leonor Watling tiene la suya: "Un amigo me pasó el vinilo de Closing Time (1973) y desde entonces he esperado cada disco con ansiedad y le he seguido con devoción".

respeto Aunque en algunos conciertos Leonor Watling emplea el megáfono, un artefacto muy del gusto de Waits, la música de Marlango poco tiene que ver con las extrañas canciones de su admirado artista. "¿Extrañas? Son canciones increíbles, arregladas con mucho talento y con melodías deliciosas, repletas de riqueza sonora", aseguran los tres.

No sabrían decantarse por una u otra época porque "todas tienen lo suyo". "Hay que entender que existe una clara evolución en las canciones de Tom Waits. Cada una posee su momento", aseguran los componentes de Marlango, a quienes les gustaría escuchar en directo "algo de los primeros discos con Waits solo al piano, algo más aberrante y un tema inédito".

Preguntados por qué le debe Marlango a Waits como grupo, responden claramente: "Respeto". >j.g.a.

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