martes, abril 24, 2007

Bafici 2007


Nota de Pedro Fernández Mouján para la agencia de noticias argentina Telam (8 de abril de 2007).

Una breve pero magistral clase del oscuro maestro Tom Waits

Con una escenografía de bares, burdeles y borrachos, el músico norteamericano dio una Master Class para 900 personas en el teatro Presidente Alvear, en el marco del IX Buenos Aires Festival Internacional de Cine (BAFICI).

Eran las ocho de la noche y el músico norteamericano Tom Waits (sombrero, jeans y saco) interpretó junto a un piano Tom Trauberts Blues, la canción con la que cerró ayer la Master Class que ofreció para 900 personas en el teatro Presidente Alvear, en el marco del IX Buenos Aires Festival Internacional de Cine (BAFICI).

El más ilustre de los visitantes de la muestra, que comenzó el 3 de este mes debió sortear antes, con elegancia, picardía y mucho humor, la excesiva arrogancia de sus entrevistadores a los que vapuleó con altura en un par de ocasiones y ante los que se las ingenió para dejar algunas perlas de su pensamiento.

Pero más allá de estos percances, el genio, la frescura y la sensibilidad de un Waits desacartonado y rápido de reflejos, permitió al público vislumbrar algo de la creatividad de uno de los músicos más interesante de la canción norteamericana de las últimas décadas.

"Vivir en Estados Unidos tiene sus ventajas, uno puede subirse al auto, tomar una ruta y manejar cuatro días seguidos sin caerse al mar, uno sueña mientras está en el camino y la clave es con quién compartís el viaje", aseguró Waits para hablar de su afición a las carreteras, uno de los tópicos de sus canciones, con su oscura escenografía de bares al margen, burdeles y borrachos.

Por otra parte, y respecto de los cambios que hubo en su carrera musical, signada por una búsqueda constante, el creador de discos como Bone Machine y Alice, aseguró: "En determinado momento uno se vuelve complaciente con su trabajo, por eso de tanto en tanto hay que romper con uno mismo y buscar por otro lado".

Acaso en el mismo sentido y en otro momento de la charla de 90 minutos aseguró: "Cuando uno quiere hacer su propio camino no lo piensa como un negocio, sino para ampliar la geografía mental de uno mismo" . Al hablar sobre cine y música (canciones suyas aparecen en más de 50 filmes e hizo la banda de sonido de cintas como Una noche en la Tierra, de Jim Jarmusch, y Golpe al Corazón, de Francis Ford Coppola), Waits destiló todo su ingenio.

"Lo más común es que cuando el director está cansado, se le acabó la plata y no sabe cómo terminar la película te llame a vos y te pida que lo arregles todo con una canción; aunque a veces es distinto y la canción es como un ingrediente que engarza a la perfección con el filme", remarcó.

Respecto de Jack Nicholson, con quien trabajó en El amor es un Eterno Vagabundo, del argentino Héctor Babenco, dijo: "El es muy generoso, da mucho en un rodaje porque quiere que la cosa funcione para todos, es como un padrino, le da una cierta dignidad al set".

Por otra parte se refirió a Coppola y lo calificó como uno de los grandes de la historia del cine, y en el mismo sentido se refirió al poco éxito comercial de un filme como La Ley de la Calle y a la importancia que tomó después.

"Cuando hacés algo innovador es como cuando uno abre una puerta que estaba cerrada para todos -explicó-, entonces la multitud empieza a pasar y te tira al piso, te deja aplastado, pero después te parás, pensás un poco y decís: ’Yo abrí esa puerta’".

También habló sobre el escritor William Burroughs con quien colaboró en la obra teatral The Black Rider, dirigida por Robert Wilson. Su definició provocó una carcajada general: "Al él sólo lo fascinaban tres temas: armas de fuego, insectos y reptiles, si hablabas de eso le caías bien y parecía que le gustabas pero en realidad lo único que le gustaba era hablar de armas de fuego, insectos y reptiles".

Respecto de lo que es estar de gira con una banda, Waits, que aseguró que en la actualidad sólo hace tours pequeños de no más de dos semanas, sostuvo: "Estar de gira no es como viajar, en un gira no ves mucho más que al chofer, la habitación del hotel y el backstage".

Para el final quedó lo mejor de la noche, Waits se sentó al piano de cola sobre el escenario y cantó, con su voz aguardentosa, única, profunda, como salida de todos los bares de la Tierra, una canción que hizo para los filmes El Tigre y la Nieve, de su amigo Roberto Benigni (con quien trabajó en Bajo el Peso de la Ley) y Tom Trauberts Blues.

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Crónica de Gaspar Zimerman aparecida en el diario argentino Clarín el pasado 8 de abril.

Tom Waits: la clase de un músico de culto que cautivó en el BAFICI

LLEGADA. WAITS AL BAJAR DE LA CAMIONETA QUE LO LLEVO ANOCHE AL ALVEAR. LE GRITABAN WE LOVE YOU TOM!El furor festivalero que despertó la presencia de Tom Waits sólo se justificó al final de lo que había sido anunciado como una "clase magistral", cuando el cantante estadounidense se sentó al piano e interpretó —sí, magistralmente— dos canciones. Lo que sucedió durante la hora y cuarto previa en el marco del 9º Festival de Cine Independiente fue, en realidad, un reportaje abierto que resultó casi tan incómodo para el cantante como para sus entrevistadores, los periodistas Martín Pérez y Mariana Enríquez.

Encorvado, íntegramente de negro, con su característico sombrero a cuestas, Waits entró ovacionado al escenario del Teatro Alvear. Así, ensayó un "hola" en español y se ubicó en el living —un sillón negro, otro blanco, una mesa ratona con bebidas— armado para su conversación con los periodistas. Enseguida apareció la tirantez: criticó a dos de las tres primeras preguntas por ser demasiado generales. Festejado por las carcajadas de los fanáticos, desde entonces dedicó gran parte de la charla a bromear.

Entre chistes e ironías, pudieron rescatarse algunas frases. Por ejemplo, sobre su trabajo como actor en 25 películas: "No me considero un actor. Me gusta trabajar en películas, pero son muy caras y muy difíciles de hacer, por lo que, si no te gusta tu papel, a la mitad del rodaje te querés matar. Hubo películas en las que pensé: me moriría antes de decir esto, no es gracioso y no va a ser gracioso porque yo lo diga". O sobre las canciones que compuso para cine: "A veces quieren que arregles una película con una canción, y eso no se puede. Otras veces, una canción puede iluminar un filme. No sé cómo funciona".

También contó anécdotas de celebridades (Frank Zappa, Jack Nicholson, Keith Richards, William Burroughs, Francis Coppola), y opinó sobre las versiones de sus canciones hechas por Johnny Cash ("después de eso tenés que encontrar una razón para vivir") y Rod Stewart ("aprendí que hay que ser educado y decir que por lo menos tiene buen gusto en el material que elige"). Hasta que se sentó al piano y, con You Can Never Hold Back Spring y su clásico Tom Traubert's Blues, dejó con ganas de más a una audiencia eufórica. Ojalá que vuelva, pero a cantar mucho más.



El premio consuelo: verlo en la puerta

El chofer deslizó la puerta corrediza de la combi bordó. Waits bajó un pie y con la mano opuesta, sacó una cámara filmadora. En simultáneo, Waits filmaba al público y el público lo ametrallaba a fotos a él. Afuera del teatro Alvear, vallas de por medio, los que se quedaron sin entradas, aullaban "We love you Tom".

Algunos se apostaron en la puerta del teatro desde la madrugada. 901 fanáticos consiguieron su entrada gratuita, a una por persona. Pero, según los organizadores, otros 3.000 no. De ellos, unos 300 hicieron guardia en la puerta para ver, premio consuelo, la clase magistral a través de una pantalla. Los que se quedaron, rezaban para que Waits se despachara en el piano.

Hubo una troupe de músicos y cinéfilos reconocidos que tuvieron su lugar reservado: Iván Noble, el español Nacho Vegas, las actrices Rita Cortese y Mercedes Morán. También estuvieron el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y la ministra de Cultura, Silvia Fajre. Como uno más del montón, Horacio Fontova, hizo cola desde las 7 para retirar su ticket. Afuera había también quienes ofrecían pagar hasta $ 200 por una entrada.

¿A qué fueron? Así lo resumieron sus seguidores: "Ver a un tipo que sabe conjugar la actuación con la música es un lujo que pocos podemos tener", decía Gabriel Insaurralde. Diego Mosner, otro fan, explicó: "Vinimos a ver como Waits expresa, a través de sus palabras, la sensibilidad que muestra en sus discos y en sus actuaciones".

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Más fotos en The Eyeball Kid

Fragmento de la entrevista



Otro fragmento


You Can Never Hold Back Spring


Tom Traubert's Blues


8 comentarios:

bitxuverinosa dijo...

ya se que han pasado mil años desde la participación de waits en el bacifi, pero más vale tarde que nunca...

WaitingForWaits dijo...

Esa foto saliendo del coche...en plan superestrella la gente rodeandole...numca me lo hubier imaginado.Siempre he considerado a Tom una persona que huye de esas cosas..y que la gente lo respeta.

bitxuverinosa dijo...

no, si yo creo que esto no lo había hecho en su vida, jaja

de todas formas, por lo que he leído me parece que la experiencia no ha sido muy buena y que vamos a tardar en ver otra vez al señor waits en un fregao de estos...

WaitingForWaits dijo...

Seguramente porque tuvo a unos entrevistadores muy muy malos,...igual que los del reportaje de EL PAIS...

Ringo Starr dijo...

Aporto otra crónica de la entrevista:

http://www.10musica.com/interior/noticia.php?idx=3878

Anónimo dijo...

http://www.rockaxis.com/cdaxis_vanguardia_ver.php?products_id=4252

bitxuverinosa dijo...

gracias por los apuntes

a mí casi que lo que más me gusta de la entrevista esta es algo que no creo que no sale en las crónicas que he puesto, y es que por lo que parece confirmó que está trabajando con robert wilson en una nueva obra de teatro :D

Paulina dijo...

Ese Tom un día hará que me muera de melancolía.