Entrevista de Tania Molina Ramírez publicada en el diario mexicano La Jornada del pasado 8 de diciembre.
Las cosas cambiaron para Omar Torrez el verano pasado. Ser guitarrista de Tom Waits transformó su modo de hacer música; de pronto, si bien ya contaba con prestigio propio como músico, haber estado en la banda del compositor de Alice y God’s away on business le dio brillo a su currículum.
Ahora, aunque no quiera, en toda conversación muy probablemente llega un momento en que surge la pregunta: “¿qué tal trabajar con Tom?”
Con gusto, él lo cuenta: “Fue bellísimo. Tom Waits es un genio; trabajar con él es como ir a una escuela de genios. Aprendí muchísimo, simplemente observando cómo trabaja, qué cosas son importantes para él; cómo escucha todo y conecta todo sicológica, espiritual y musicalmente”.
Y continuó contando, con entusiasmo, en entrevista telefónica desde Los Ángeles –donde radica–, un día antes de que viajara a México para participar, el sábado pasado, en la quinta Feria de las Disqueras Independientes: “Una de las cosas que caracterizan a Tom Waits es que cuando escuchas los primeros dos segundos de una canción sabes que es él. Aprendí mucho sobre esto: tomar todas las influencias con las que creciste y hacerlas tuyas.
“En vez de nomás reproducir un estilo que escuchaste y hacerlo bien –que para él no tiene importancia–, es como si el estilo fuese apenas el comienzo de la conversación. Luego tienes que ir hacia algún otro lugar, hacer algo distinto.”
Omar Torrez, de 36 años, contó que, después de comprender lo anterior, regresó a su música y se preguntó: “¿Qué cosas puedo hacer con estas canciones para convertirlas en únicas? A las que no puedo hacer que sean más únicas, simplemente ya no las toco. Si suenan así, entonces es mi música y no sólo una copia de algún estilo”.
Tocar con Tom Waits en su gira del verano pasado fue tan determinante en su vida, que dejó una especie de antes y después. “La experiencia Tom Waits”, la llama.
Así que ahora, aseguró, a pesar de que lleva años tocando con algunos integrantes de su banda, siente que ésta es otra: “Mis ideas musicales cambiaron para siempre; es como una nueva banda, estamos tocando de un modo un poco distinto”. Y tiene algunas composiciones nuevas.
Raíces poblanas
Fresquecito de “la experiencia”, se presentó en México con su grupo, país que para él significa mucho: su padre es poblano y tiene familia en esta tierra. Suele visitar Puebla y de vez en cuando toca la guitarra, entre cuates, en el café de un amigo suyo en Cholula.
El sábado fue la primera vez que se presentó en el país de modo formal, lo cual lo mantuvo “un poco nervioso”. “Estoy muy emocionado con esta oportunidad; me entregaré por completo”, dijo por teléfono.
En México, dijo, “siento la energía, quizá porque es más romántico que Estados Unidos. En México siento la pasión en la sangre. También lo sentí en el País Vasco (de donde viene la familia paterna hace muchas generaciones, y que fue parte de la gira con Waits), adonde nunca había ido. Es muy intenso. Quizá sólo esté en mi cabeza, pero lo siento”.
Omar Torrez es fruto del norte y el sur. Nació en Seattle, de madre de ascendencia del norte de Europa y de padre mexicano.
Su progenitor tocaba la guitarra: “Desde chico asumí que eso era lo que la gente hacía. En las fiestas, mi padre cogía la guitarra y cantaba y reía y tomaba; asumí que era lo normal”.
Y siguió: “Somos producto de nuestro contexto. Mi padre tocaba cosas de Jimmy Hendrix, Juan Serrano, Carlos Montoya, Ravi Shankar y Miles Davis, y blues, de BB King… así que me acostumbré a que hubiera una mezcla de todo tipo. Cuando comencé a cantar estaba metido en el rock, pero también me gustaba la música cubana… siempre mezclé, porque así me crié”. Así que en su música hay funk, ritmos latinos y algo de blues y rock.
The Omar Torrez Band se presentó el sábado pasado en la Feria de las Disqueras Independientes, en el museo Diego Rivera-Anahuacalli.