Eleanor Coppola retrata en sus diarios los cuarenta años de matrimonio con un genio ególatra y ensimismado
Lleva cuarenta años a la sombra de un mito. Eleanor Neil (Los Ángeles, 1936) conoció a Francis Ford Coppola en 1962 en el rodaje en Irlanda de su primera película, 'Dementia 13'. Él era un prometedor director independiente; ella una diseñadora que trabajaba de asistente del decorador. 'Notas sobre una vida' (Editorial Circe; 21 ) es el diario de una mujer que renunció a sus ambiciones artísticas para consagrar su vida a su marido y a su familia. El retrato entre líneas de un genio ególatra, machista y ensimismado, al que su mujer sigue queriendo tras superar crisis financieras y personales, entre ellas la muerte por accidente de su hijo Gian-Carlo en 1986.
Lleva cuarenta años a la sombra de un mito. Eleanor Neil (Los Ángeles, 1936) conoció a Francis Ford Coppola en 1962 en el rodaje en Irlanda de su primera película, 'Dementia 13'. Él era un prometedor director independiente; ella una diseñadora que trabajaba de asistente del decorador. 'Notas sobre una vida' (Editorial Circe; 21 ) es el diario de una mujer que renunció a sus ambiciones artísticas para consagrar su vida a su marido y a su familia. El retrato entre líneas de un genio ególatra, machista y ensimismado, al que su mujer sigue queriendo tras superar crisis financieras y personales, entre ellas la muerte por accidente de su hijo Gian-Carlo en 1986.
El autor de 'El padrino' ya no es el genio megalómano destinado a cambiar el curso del cine. Hace tiempo que los estudios y la taquilla dejaron de confiar en él. Recorre el mundo en busca de financiación; acaba de rodar en Argentina 'Tetro' con Maribel Verdú y Carmen Maura, y su anterior filme, 'Youth without youth', ni siquiera se ha estrenado en España. Eleanor le acompaña en sus múltiples aventuras empresariales ajenas al cine, que son las que sostienen la economía familiar: intereses inmobiliarios, caprichos editoriales, hoteles repartidos por todo el mundo -entre ellos los rentables 'resorts' en Belice- y la joya de la corona: las bodegas Rubicon State en el valle de Napa, junto a la mansión Coppola.
Precisamente es en ese edén californiano donde su mujer pasa la mayor parte del tiempo. En las anotaciones de su diario, que saltan de una época a otra, asume con culpa su ocio de multimillonaria. Ocupa su tiempo diseñando el uniforme de los empleados de la bodega o viaja a los confines de China en el nuevo avión de su esposo en busca de piezas para decorar la casa. No siempre fue así. A comienzos de los 90, los Coppola todavía debían millones de dólares después de la ruinosa compra de los estudios Hollywood General y la debacle de 'Corazonada'. «En mi fuero interno sé que disimulo el miedo de que si le pasara algo a Francis yo sería responsable de esas deudas y no tendría forma de saldarlas», confiesa en 1991. Un año más tarde 'Drácula' les salvó y fue el inicio de su emporio vitivinícola.
Las torturas de Brando
'Notas sobre una vida' desprende ironía y ternura. La autora escribe que si antes le parecía vivir una gran ópera, ahora su vida es un 'haiku'. Cuando acude a un rodaje continúa percibiendo «el contraste entre el entorno creativo y estimulante de Francis y la monotonía de mi vida privada, yendo a comprar champú y copias de llaves». No le hizo ninguna gracia que Diane Keaton le confesara que se había inspirado en ella para encarnar a la sometida esposa de Michael Corleone.
Sin embargo, Eleanor no se ha quedado de brazos cruzados admirando el genio de su marido primero y de su hija Sofia después. Es autora del celebérrimo 'Heart of Darkness', el documental que sigue el rodaje de 'Apocalypse Now', y también ha firmado los 'making of' de 'Las vírgenes suicidas' y 'María Antonieta'.
La pareja se casó apresuradamente en Las Vegas. «Cuando conocí a sus padres averigüé que venía de una generación de hombres italianos que creía que la tarea de una mujer era cuidar de su casa y de sus hijos y apoyar la carrera de su marido. Francis sabía que yo tenía aspiraciones artísticas, pero esperaba que las desarrollara en casa, en mis ratos libres». La autora desliza maliciosas observaciones a cuenta de un complacido Coppola, que coloca en su regazo a guapas entrevistadoras «con su aire de Onassis».
El propio autor de 'Rebeldes' es consciente de que, en algún momento a finales de los 80, tiró su carrera por la borda. Tiene tantos compromisos que no saca tiempo para hacer películas. «Y tú no miras por mí. No dices a la gente que no estoy disponible, no me ayudas», le acusa a su mujer, que ya está de vuelta de su ego. «En otro tiempo la reprimenda me habría sentido fatal, ahora me doy cuenta de que su frustración es cosa suya».
Observadora sagaz, Eleanor Coppola ha sido testigo privilegiada de veladas con la aristocracia del cine. Ráfagas de intimidad vedadas al común de los mortales: cenas en el jardín con Anthony Hopkins imitando a Richard Burton mientras Tom Waits juega con su hija; Isabella Rossellini confesándole cómo David Lynch la abandonó después de siete años tras dejar embarazada a una ayudante; Marlon Brando «torturando» a Coppola sin salir de su caravana... Su sinceridad y frustración conmueve cuando asiste a los consejos que papá Coppola le da a su hija antes de rodar 'Las vírgenes suicidas'. «Me siento feliz por Sofia, feliz de que su padre le haga de mentor, pero también siento en el pecho una dolorosa punzada de celos».
1 comentario:
Habrá que echarle un ojo a esos diarios. Tienen muy buena pinta y seguro que sacan muchos trapos sucios de nuestros artistas favoritos. Je, je, je. Salud.
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